28 febrero 2011

Una noche previsible y con algunas decepciones

Anoche me banqué una de las entregas más aburridas que recuerdo haber visto de la entrega de los Oscar. Pero, cholula como soy, me vi todo el preshow y hasta que terminó por fin, cerca de la 1 y media de la madrugada.

Es cierto que me entretengo viendo (y ya pondré algunas de mis opiniones al respecto) los vestuarios de varias de mis estrellas preferidas. Pero además, si bien sé que los Oscars son unos premios que pocas veces suelen, según mis criterios, elegir a los ganadores de manera correcta, yo espero que tal actor o tal película o tal director que me guste, gane.


La verdad, en esta última entrega, habían muchos premios cantados y de antemano. Ya sabía que Melissa Leo iba a ganar como mejor actriz de reparto por The Fighter (película que quise ir a ver al cine pero estaba en pocos cines y ninguno de los que me queda cómodo, quizás de estos premios la semana que viene cambie, no lo sé). Sabía que Christian -Jesús- Bale iba a ganar como mejor actor de reparto por la misma película, aunque algunos dudaban que Geoffrey Rush lo hiciera. Mi corazoncito allí se iba para el sexy de Jeremy Renner, aunque lo primero que me molestó mucho de eso fue la no-nominación de Andrew Garfield. Sabía que Natalie Portman iba a ganar como actriz por Black Swan. Lo sabía y si bien no me molesta del todo porque Natalie me parece una gran actriz aunque la película por la cual está nominada sin dudas no es de mis preferidas suyas, yo quería que se lo llevara ese pedazo de actriz que es Annette Bening. Sabía que Colin Firth iba a ganar como actor por una película que, confieso, no vi y no tengo ganas de ver, The King's Speech. Y no me molesta porque no dudo que su actuación haya estado genial.


Sabía que Toy Story 3 sólo se llevaría premio como mejor película animada y sabia que The King's Speech tenía muchas probabilidades de ser 'la gran ganadora' de la noche, aunque todavía (aunque insisto, aún no la vi) no entienda por qué. Lo que no puedo entender por nada del mundo es cómo un director como Tom Hooper le gana a Darren Aronofsky (quien para mí se tendría que haber llevado sin duda la estatuilla a mejor director). No sólo eso, Darren Aronosfky, David O. Russell (a quien lo banco tanto desde que hizo esa genialidad de I Heart Huckabees) y los hermanos Coen aún se lo merecían mucho más. Esas cosas raras de las que sólo los premios de la Academia son capaces.

Sin duda, las estatuillas más correctamente entregadas han sido a, y no lo digo porque realmente me encanta esa película, the Social Network. Y hablo de dos ternas grosas aunque un poco infravaloradas a veces: Mejor Guión adaptado y Mejor Banda Sonora. Merecidísimo.


Inception se llevó varias estatuillas merecidas, lamentablemente en categorías menores porque fueron las únicas en las que estuvo nominada.

Obviando el tema de los premios, los Oscars tienen últimamente el grave problema de, como dicen muchos, querer atraer a un público 'más joven'. Yo me pregunto qué tan joven. Tengo 23 años, creo que soy joven, y todo ese espectáculo y comedia no me resultan ni atractivos ni graciosos. ¿Con gente más joven se refieren a adolescentes boludos? Sin ofender a nadie, yo también alguna vez fui una 'adolescente boluda' y aún así no me interesaban estas cosas. Igual, si hubo algo un poco bochornoso pero de lo que no me quejo en absoluto, es de ver a James Franco (que en su rol de conductor estuvo muy apagado y aburrido al lado de una Anne Hathaway bastante fresca pero un poco inquieta) vestido como Marilyn Monroe. Sí, tengo problemitas, me gustan esas cosas.

Muy agradable ver a Kirk Douglas, una leyenda viva, quien se robó un poco el momento de Melissa Leo. Muy interesante el discurso final de Steven Spielberg.

Resumiendo, una noche bastante olvidable que seguramente no pase a la historia así como tampoco su película ganadora, la cual comparan todos con la mediocre y también ganadora del Oscar, Shakespeare Inlove.

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