En opinión del doctor Hornicker, la promiscuidad de Lux era una reacción normal frente a una necesidad emocional.
-Los adolescentes buscan el amor donde lo encuentran -decía en uno de los mucho artículos que tenía la esperanza de publicar-. Lux confundía el acto sexual con el amor. El sexo se convirtió para ella en sucedáneo del consuelo que necesitaba después de suicidarse su hermana.
Trip Fontaine tenía la discreción natural de los grandes amantes, seductores más importantes que Casanova por el simple hecho de no haber dejado tras de sí doce volúmenes de memorias y porque nadie conoce su identidad.
Extractos que creo que alcanzan para definir a estos dos personajes. Si gustó la película, recomiendo el libro. Y si bien yo llegué a ambos en ese orden, estoy segura de que si gustó el libre, la película no puede decepcionar porque retrata bastante bien, con melancolía pero de manera lo suficientemente fría y distante, a esas jóvenes y la familia asfixiante (especialmente la madre) a la que pertenecen.
Las vírgenes suicidas. Libro escrito por Jeffrey Eugenides. Película dirigida por Sofia Coppola.
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