You know that point in your life when you realize that the house that you grew up in isn't really your home anymore? All of the sudden even though you have some place where you can put your shit that idea of home is gone.No es exactamente una película sobre familias, pero sí con protagonistas marcados por la familia que tuvieron (en todo caso, sólo me centraré en su protagonista).
Andrew Largeman era sólo un niño cuando 'un pequeño pedazo de metal' ("It's amazing how much of my life has been determined by a quarter inch piece of plastic") marcó su vida: un accidente que dejó a su madre paralítica y de la cual su padre siempre lo culpó. Siendo éste psiquiata, su psiquiatra, lo mantuvo durante años medicado con litio. Cuando su madre muere, Andrew, ya adulto, aún dopado, por lo tanto incapaz de sentir emociones o miedo, si quiera en un avión turbulento que pone en paranoia a todos los pasajeros, regresa a su casa pero antes decide pasar por el médico para dejar las pastillas. Y allí no sólo descubre que "por supuesto que estás bien, estás vivo", como le dice el médico, sino que conoce a Sam, una chica adorable, mentirosa compulsiva y epiléptica que lo va a acompañar y enseñar que la vida es así, real y a veces duele pero es todo lo que tenemos.
Y una mención especial para el maravilloso soundtrack. Gracias a esta película conocí a la que hoy en dia es una de mis bandas preferidas: The Shins.
Como dice Sam:
You gotta hear this one song. It'll change your life, I swear.
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