Absinthe is the aphrodisiac of the self. The green fairy who lives in the
absinthe wants your soul. But you are safe with me.
En 1992, Francis Ford Coppola estrena su propia versión de la novela de Bram Stocker que ya ha sido versionada incontables veces. Lo hace de la mano de un grande como Gary Oldman, aquel hombre que se puede convertir en cualquier personaje. Junto a él, la siempre bonita y correcta pero ahora un poco olvidada intentando volver a encontrar su lugar gracias a Black Swan, Winona Ryder. Se le suma también un siempre tan insulso Keanu Reeves.
Pero lo que tiene de interesante y mucho esta película, es que es una historia de amor, una de las historias de amor más grandes que nos haya dado el cine creo yo. Ya verán el resto de las películas que pongo en esta lista. Lo cierto es que están muy lejos de ser las típicas películas románticas melosas/empalagosas o como quieran llamarlas.
Drácula no es un monstruo. Es alguien que ha pactado con el diablo y su principal razón no es vengarse ni tampoco la ambición. Sino, por amor. Y es por amor que cruza los océanos del tiempo para encontrar a la mujer que perdió trágicamente.
Es por eso que cuando la encuentra y la va a convertir en el ser inmortal que él es, se arrepiente, no puede. Porque la ama demasiado como para condenarla.
Es una película que me gusta tanto que siempre que cuento que he llegado a verla tres veces seguidas en una misma noche. Sí, estoy loca.
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