31 mayo 2011

Which makes you insane


Ya hablé de esta película. Pero que después de tantas idas y vueltas finalmente la estrenaran en salas comerciales de nuestro país, me hace no sólo querer volver a verla y reiteradas veces, sino hablar de ella.

Hablar de una película que me encanta. Que me fascina. Que la sufro. La vivo. La siento tanto.

Conocer a alguien. Enamorarse rápidamente. Intentar conquistarla. Conocerla y enamorarse más aún. Enfrentar cosas difíciles. Estar siempre, en los momentos difíciles. Y hacerse cargo incluso de cosas que no deberías o que no tenés la obligación, sólo por amor. Por amor a esa jovencita que te conquistó con su sonrisa, con su raro sentido del humor, con su bailecito, con su belleza y su locura.

La primera de las dos historias que Blue Valentine cuenta es una linda historia de amor. La segunda, es más de algo que se opacó, se desgastó, se apagó y hoy no es más que la sombra de algo que alguna vez se pareció mucho al amor.

Estar juntos por una pequeña niña. Intentar reconquistarla. Emborracharse. Desconocerse. No tolerarse. Gritarse. Vivir un presente cuyo futuro se ve reflejado en el cuarto de un hotel. Y separarse.

La película pasa por todos estos estadíos pero no lo hace en modo cronológico. Sí, cada historia tiene su cronología, pero se alternan entre ellas. Todo para contrastarlas, para que nos cueste entender cómo una pareja que parecía destinada a estar juntos por siempre, de repente no puede verse.

Todo esto de la mano de dos grandes jóvenes actores: Michelle Williams y Ryan Gosling, que todavía no entiendo cómo no fue nominado al Oscar, mención que ella sí tuvo. Ambos dan vida a estas parejas, la misma, pero que parecen diferentes.

Pero no lo son. Y si bien nunca vemos algo específico que quiebre esta relación, tampoco lo necesitamos. No, porque la película se percibe todo el tiempo muy honesta, muy realista. Y no podemos no vernos reflejados ahí. Todos nos enamoramos, idealizamos, cometimos locuras para conquistar a aquella persona. Y todos nos alegramos cuando ésta por fin nos correspondió y empezamos a hacer planes a futuro. Pero también todos sentimos que quizás fue el tiempo, o quizás no, pero algo hizo que todo eso se esfumara, poco a poco, de manera tan gradual, que no se puede identificar ese 'algo' que lo comenzó.


Voy a aprovechar su estreno comercial y me pasaré un par de veces al cine a verla, con diferentes compañías. Y probablemente llore, aún queriendo evitarlo.

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