30 diciembre 2012

To be inlove with the masterpiece


Si hay alguien que supo lo que es ser una celebrity, esa persona fue Wallis Simpson. Wallis se casó dos veces y fue después de estos matrimonios que conoció al amor de su vida, Eduardo, quien luego se convertiría en Rey de Inglaterra. Y ese amor fue correspondido. Y cuando no aceptaron este amor, éste decidió dejar el trono por ella. Esta es la historia a grandes rasgos del "romance más grande la historia".

La película que dirigió Madonna, y aquí se estrenó largos meses más tarde, más exactamente el mismo día que dio su primer show en Buenos Aires, está en su mayor parte basada en esta historia. Aunque la línea principal del relato es la de otra Wallis, una Wallis moderna que vive tras la sombre de esta mujer que tanto admiró, una mujer que vive un matrimonio problemático, como el que la duquesa también tuvo que vivir.

Debo confesar que decidí ver esta película sin prejuicios, pero a la vez sin expectativas. Y la verdad, es que la disfruté mucho. Sé que en general no tuvo buenas críticas, pero a mí no sólo me atrapó la historia de una mujer que siempre me pareció fascinante, sino la estructura, cómo estas dos mujeres que viven en diferentes épocas se cruzan y se dan consejos, y el amor, claro. Porque ante todo, es una película romántica, dramática y romántica.

costumescreencaps:

W.E., 2011

Andrea Riseborough es quien tiene la mayor responsabilidad, en ella recae el papel de la Duquesa de Windsor, hermosa y rebelde. Abbie Cornish es la Wallis más moderna, que no deja de visitar la exposición sobre la Duquesa día a día, lo que la va a llevar, sin esperárselo, a encontrar el amor.

Con mucho estilo videoclipero, Madonna filma una película hermosa, caprichosa por momentos, y refleja en ella lo que es ser una celebridad, el tenerlo todo pero no poder ser libre. ¿Quién arriesgó más con este romance? ¿Quien se ve obligado a renunciar a su reino para estar con la mujer que ama? ¿O la mujer que está confinada a estar hasta el día de su muerte alejada de su país?


La escena del baile me pareció preciosa, y me recordó un poco (salvando las distancias) a lo que hace Sofia Coppola en su Marie Antoinette, al agregarle un poco de rock al relato y así haciéndolo más fresco.

Durante la película no suena ningún tema de Madonna, al menos no hasta que los créditos empiezan a llover. Es entonces cuando empieza a sonar el que es probablemente el mejor de su último álbum, "Masterpiece". Es por eso que uno no quiere irse de la sala hasta que la pantalla se apague.

Si fueras la Mona Lisa, estarías colgado en el Louvre. Todos vendrían a verte, serías imposible de mover. Parece que para mí es eso lo que tú eres, una rara e invaluable obra de arte... En fin, les dejo la canción, que fue ganadora de un Globo de Oro.

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