Richie llega y se mete en el baño. Cierra la puerta. Frente al espejo, se quita la vincha, muñequeras.
Toma una tijera. Se corta el pelo, un poco la barba. Se pone espuma para afeitar. Con la hoja se da sólo una pasada en su rostro.
-Me voy a suicidar mañana -susurra él.
Pero no espera. La piletita, hasta el momento cubierta sólo de los pelos que se había cortado, comienza a pintarse del rojo que derraman sus muñecas y contrasta con el azul del cuarto. Cae al piso.
Dudley abre la puerta y grita.
Todo esto mientras escuchamos la triste música y voz de Elliott Smith con la canción "Needle in the Hay". Hasta el momento, no he visto nada más hermoso.
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