17 febrero 2011

Películas que te enseñan a vivir: High Fidelity

I can see now I never really committed to Laura. I always had one foot out the door, and that prevented me from doing a lot of things, like thinking about my future and… I guess it made more sense to commit to nothing, keep my options open. And that’s suicide. By tiny, tiny increments.

Hay que aprender de Rob Gordon. Ante su apariencia de 'loser' en las relaciones, es un sabio loco.

Hay que aprender de High Fidelity. La cultura musical. Sentarse y disfrutar.

Rob Gordon parece no entender por qué sus relaciones fracasan. Se la pasa haciendo listas, que pueden ir desde las más universales respecto a la música, hasta más personales como 'Top 5 de rompimientos de pareja'.

Pero Rob sabe mucho. Sabe y lo dice todo el tiempo. Dice que no entiende por qué algunas personas se sienten simplemente como un hogar, pero lo importante es que se da cuenta. O que se aburre de todos, pero no de Laura.

Desconfía de su amigo. Sin embargo, le da una oportunidad, y este nos regala la maravillosa versión de Let's get it on. Y llámenme loca, pero yo creo que ese momento, es de las mejores cosas que me pasó en la vida. Y es por eso que a Jack Black lo voy a bancar siempre.


Pero desvirtué. Hablaba de Rob Gordon. Melómano. Dueño de una disquería donde encontrás material que no en otro lado.

Stephen Frears nos ofrece una banda sonora de lujo, donde suenan The Velvet Underground, The Kinks, Bob Dylan, The Beta Band, Elvis Costello y Stevie Wonder, entre tantos otros.

Una película en la cual el protagonista nos habla directamente. Nos mira y se confiesa.

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