04 marzo 2011

Una propuesta argentina a la que no nos tienen acostumbrados


Hoy fui al cine a ver Fase 7. Me enteré muy recientemente que había sido presentada en el Festival de Sitges pero, la verdad, en su momento ni me enteré y hasta hace unos días desconocía de la existencia de la película.

Tras ver la propaganda no es que no me había llamado la atención, es que quizás no me daba demasiada información y la hubiese pasado por alto si no fuera porque, a la hora de leer las críticas de la semana, me encontré no sólo con críticas muy positivas sino muy interesantes y sorprendentes a la hora de revelar aspectos de la trama.

No recuerdo, si las hay por favor menciónenmela, alguna otra película argentina parecida a la que nos compete.

A ver, unos pocos inquilinos de un edificio pasan a estar en cuarentena, y por lo tanto encerrados en ese edificio, por un extraño virus que parece estar propagándose alrededor del mundo. No son muchos, 4 o 5 departamentos nada más.

El protagonista es el uruguayo y siempre genial en esos personajes un poco losers pero súper queribles, Daniel Hendler, que aquí es Coco, quien espera un hijo junto a una embarazada (en la vida real mientras se rodaba el film) Jazmín Stuart como Pipi. Ella está de 7 meses de embarazo y la relación entre ellos no parece ir de lo mejor, entre muchos reproches y quejas.

Yayo (ese personaje tan terrible de la tv que personalmente detesto pero aquí está bastante bien) es el vecino paranoico, armado hasta los dientes, pero amigo de Coco.

Fernando Luppi aparece como un anciano amable y se termina convirtiendo en un villano tan atractivo como eficaz.

La película se sucede prácticamente (al final hay un poco de aire libre) dentro de ese edificio, mientras nunca se termina de comprender del todo qué pasa afuera, habiendo un gran trabajo y uso del fuera de campo.

Personalmente, lo que me gustó mucho de la película además de las actuaciones (aunque me molesta alguna parte que el personaje de Yayo putea mucho porque me recuerda justamente a Yayo y dejo de ver al personaje que interpreta) es la música y el tratamiento sonoro.



Resumiendo, la recomiendo porque es entretenida y está muy bien realizada. Aunque confieso, creo que sé cómo lograron conseguir el presupuesto de la película, con todas las marcas que aparecen en pantalla: la película empieza con planos a los estantes del supermercado, en el cual vemos TODAS las marcas. Eso sí me molestó un poco, que tomaran tanto protagonismo en la imagen.

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