09 noviembre 2011

Cuestión de piel

A veces no miro ni los tráilers de las películas. Bueno, si los pasan en el cine sí, no puedo evitarlo. Pero difícilmente los busco. Me gusta ver películas de las cuales sé poco y nada. Por ahí sólo por el póster, o porque actúa tal persona, o es dirigida por tal otra.

Fui a ver 'La Piel que Habito' porque, si bien no conozco tanto del director, me gusta. Me gusta que sus películas sean culebrones, medio teatrales, poéticas, coloridas (?). Me gusta que haga actuar a actores que odio (léase Penélope Cruz o, como en este caso, Antonio Banderas).

Fui a ver algo que no sabía bien qué iba a ser. Sí, es una película de Almodóvar. Pero se percibe algo más oscuro, quizás siniestro, tenebroso... ¿una película de terror?

Tenemos a un doctor, un cirujano más precisamente. Tiene encerrada a una 'paciente' en su propia casa. Mientras tanto, intenta crear una piel sintética. Aquella que podría haber salvado a su mujer, ya fallecida.

Pero después, la película no trata tanto sobre eso. Parece plantear un cierto núcleo, para después tirarlo a la mierda y empezar casi una película nueva.

Muchos spoilers de acá en adelante, están advertidos.





Piel sintética. Fuego. Mujer muerta. Olvídense. Un flashback que nos ubica con una leyenda unos cuantos años atrás (ya me olvidé con exactitud) nos introduce a una nueva historia, de la cual antes, el personaje de Marisa Paredes (interpretando a la madre/sirvienta del cirujano) algo nos había adelantado, cuando menciona el suicidio de su madre y luego el de la hija. Cuando volvamos al presente, más adelante, el director nos advierte con un 'De vuelta al presente' un poco bastante innecesario.

Esta historia nos lleva a conocer más a esta 'paciente'. Al origen de ésta. Antes hay indicios. '¿Estoy terminada?' le pregunta ella. Pero si vamos sin saber nada de la película, probablemente poco podamos imaginar (aunque a mí hay un par de imágenes que me lo hicieron sospechar más temprano) de dónde viene esta tal Vera.

Viene de una venganza, de algo enfermizo, producto de una tristeza absoluta, y de la locura que lleva en su sangre el doctor. Almodóvar va más allá en un terreno en el cual ya entró varias veces: el transgénero. El ser una persona en el cuerpo de otra. Esta vez mucho más extremo. Forzado.

Es cierto que por momentos se torna poco creíble lo que vemos. Probablemente haya mil preguntas que quizás ni él mismo se hizo. No le interesó.

Aún así me resulta cautivante. Cómo cuenta esta experiencia atroz de convertirse en otra persona. Más allá de algunas cosas quizás innecesarias, como la aparición del brasilero, que más que nada aporta una secuencia de un humor extraño.

El final me pareció precioso y es muy digno del cine almodovariano.



No más spoilers, prometo.

Almodóvar sigue siendo Almodóvar. Si el director es de su agrado, su cine les gusta, probablemente esta película también. Quizás en menor medida, quizás en mayor. El director, que a veces cae en repetirse, aquí no deja su esencia, pero sí aporta algo nuevo, más oscuro, más retorcido.

A mí me parece muy interesante. No es una obra maestra, por supuesto. Pero está bueno ver algo fresco.



Nota aparte: ¿Cómo puede ser tan, pero tan linda Elena Anaya? Es perfección pura.

2 comentarios:

Ana Laura dijo...

A mí me encanta ver los trailers de las películas, siempre que puedo lo hago, pero bueno, también me gusta leer el final de los libros al principio, no lo puedo evitar.

Esta película aún no la he visto, pero ya me la han recomendado. La tengo apuntada para mirar.

Y sí, es una mujer hermosa.

Saludos!

@milyyorke dijo...

Todavía me la debo. Lo que sí quiero decir es que esa última imagen que pusiste me hace acordar muchísimo a uno de los últimos fotogramas de Los abrazos rotos, que creo que es mi película favorita de Almodóvar. Saludos Jessi!