29 marzo 2013

El ocaso de un pintor; el amanecer de un cineasta

Gilles Bourdos acierta en elegir estos dos momentos, que se suceden en el mismo tiempo y en el mismo lugar, para relatar en su película "Renoir".


Porque "Renoir" muestra los últimos momentos del pintor impresionista, que aún no supera la muerte de su mujer, y que no puede dejar de pintar, sobretodo cuando su mujer muerta le envía a una nueva modelo, Andrée, interpretada por la hermosa Christa Theret. Y es éste personaje clave para estos dos hombres. Porque su hijo, Jean Renoir, regresa herido de la guerra y se enamora de esta mujer.

Esta mujer es la que va a hacer más amenos los últimos momentos del pintor, en quien se centra más la historia, inspirándolo constantemente con su figura. En cambio, la historia de Jean queda un poco más relegada pero no deja de ser atractiva, porque vemos cómo es Andrée quien lo lleva hacia ese mundo, un mundo que él rechazaba y en el cual luego va a ser él reconocido y ella olvidada.

La película cuenta con una fotografía preciosa, sublime, permitiéndonos presenciar toda esa naturaleza que inspiró y plasmó el pintor en sus obras.

Una gran película, con mucho aire europeo, y que nos cuenta una historia que no muchos conocemos, pero que vale la pena saber.

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