10 noviembre 2015

Sol, arena y mar… y cine

Si me dan a elegir entre playa y cine, elijo cine. En realidad, si me dan a elegir entre casi cualquier cosa y cine, elijo cine. Por suerte, el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata comenzó con mucho frío, así que no se me miraba con cara rara por elegir pasarme todo el día de sala en sala. Bueno, por suerte nunca se me ve con cara rara en estos lugares que junta a mucha gente como una. Mis días consistían en levantarme muy temprano para poder ver la Competencia Internacional (después debía encontrar el tiempo para escribir al respecto y lo hice siempre y cumplí muy bien). El resto del día, lo utilizaba a gusto y piacere.

Una foto publicada por Jessica Johanna (@enjoyjessica) el

Había días en que, aun sabiendo que al día siguiente tenía que levantarme temprano, veía películas que comenzaban a la medianoche. Otra cosa que disfruto y mucho de hacer cuando voy a cualquier lado, es comer. Y acá no fue la excepción. Si bien ya conozco mis lugares favoritos (Raza Pancha, La Fonte D'oro, Manolo's entre otros), este año se sumaron las heladerías Lucciano's, que no sólo tenían helados ricos y de sabores poco comunes algunos (como el de mandarina, que probé y me gustó mucho y no es de agua), sino helados hermosos, como el de la foto:

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Podría muy bien hacerme un blog con recomendaciones gastronómicas (en algún momento se intentó con mi novio pero fracasamos en mantenerlo) y acá van los que más me gustaron, sumando el Pizza Bus, donde no sólo hacen rica pizza y las porciones son enormes, sino que comés literalmente arriba de un colectivo.

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(Ese día en la Fonte d'oro me pedí el único de los cafés "raros" que podían gustarme -ya que no me gusta la leche- y era nada menos que una bomba: café, dulce de leche, crema y chocolate)

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(Los panchitacos de Raza Pancha no pueden faltar además, en serio, es un lugar donde se come muy bien y muy barato)

Volvamos al cine, lo importante. Vi unas 28 películas. Repetí una: "The Devil's Candy", que es increíble, una de terror a puro metal, del director de "The loved ones", película que vi en algún momento y me había gustado mucho también, director ya fichado por mí. Me perdí muchas, en especial cine argentino; al dedicarme tanto a la competencia internacional no pude ver casi nada de las otras. Camino a la paz, Paula y Hortensia son las que más me interesaban ver y no pude conseguir. Vi Kryptonita (a las 12 de la noche), que era muy esperada por todos y la vi de casualidad porque cuando saqué la entrada me equivoqué de horario y me di cuenta en el momento y las entradas se agotaron de manera veloz.

Mi top 5 (aunque sin orden específico) de películas del festival es el siguiente:

- Tangerine. La única de la competencia internacional que logró enamorarme. Sí, vi algunas buenas, algunas malas, algunas no tan malas pero demasiado pretensiosas para mi gusto, en fin, de todo, pero ninguna se quedó conmigo como esta, del director de mi querida Starlet.
- The Devil's Candy. Claro, por algo repetí. Es buenísima y en serio.
- Lace crater. Es increíble, tiene como uno de sus protagonistas al fantasma más tierno del cine. Por momentos es bizarra, pero por otros se pone más profunda. A la larga se trata sobre una mina que tiene sexo casual y sin protección (con un fantasma) y a partir de ahí comienza a sufrir las consecuencias, entre otras, las miradas poco afectivas de quienes se suponía que eran sus amigos.
- Anomalisa. Una sola oportunidad había de ver la última película de Vharlie Kaufman, en la cual se mete con temas que ya trató, pero a través del stop motion. El resultado es hermoso, desolador, agridulce.
- Me and Earl and the dying girl. Sí, me gusta el cine norteamericano indie, por si no se dieron cuenta las cinco películas provienen de ahí. Esta película suele ser comparada con "The fault in our stars" pero lo cierto es que salvo que tiene como protagonista a unos adolescentes, y que ella tiene cáncer, es bastante distinta. Más divertida, original y además con mucho amor por el cine. Sí, en algún momento se llora. En mi último fin de semana en Mar del Plata incluso me compré el libro y en menos de 24 hs ya lo había terminado.

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Por último, Mar del Plata durante el festival es también sinónimo de encuentro con amigos. A veces incluso los veo más allá que acá. También es viajar con alguna amiga (este año no fui con quien sí los años anteriores, y la que vino iba al festival por primera vez y eso estuvo bueno).

Y sí, algo de arena, sol y mar. Aunque siempre llevo a pasear la bikini (nunca me animo a ponérmela), no importa que algún día sí esté para meterse al mar.


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Cuando me quise dar cuenta, se me había terminado y tocaba volver. Los recuerdos siempre quedan afortunadamente.

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Mar del Plata, te veo el año que viene.

1 comentarios:

El Demiurgo de Hurlingham dijo...

Un plan interesante.
Me gustaría un nuevo posteo tuyo.