23 enero 2011

Chicas que querían crecer demasiado rápido


Anoche volví a ver Thirteen. Es una película que ya vi incontables veces, pero hacía bastante que no lo hacía. Por suerte, anoche fue de esas noches en las que no me quería ir a dormir, y haciendo zapping decidí dejar Fox, donde pasaban los créditos de una película que terminaba. A ver qué empieza. Y de repente aparece Evan Rachel Wood, con una imagen bastante más aniñada que la de los últimos tiempos, riendo y pidiendo que la golpeen más fuerte, pues no siente nada.

Thirteen es una película impactante. Impacta desde varios aspectos. Desde su realismo, desde lo crudo de algunas escenas y desde sus protagonistas. Porque cada uno de ellos, desde las dos 'niñas' que dan título a la película hasta el personaje de Holly Hunter, madre de Tracy, y el de su pareja, interpretado por Jeremy Sisto, es todo un mundo.


Muchos tachan la película de ser más que realista, de ser un poco exagerada. Yo no lo siento así. Quizás porque algunas de esas cosas las pasé (aunque, quizá se deba a que yo siempre llego tarde a todo, fue varios años después de tener 13). Pero además no hay que olvidarse que está todo basado en las vivencias de Nikki Reed, quien colabora en el guión pero además interpreta no a ella misma, sino a la 'amiga' que la llevó a crecer de manera tan turbulenta y rápida.

Tracy es una niña que un día queda impactada por Evie Zamora, por el modo en que todos se sienten cautivados por ella. La observa, le hace una radiografía y empieza a imitarla. Rápidamente consigue ser compinche de ella y, a su vez, Evie va introduciéndose cada vez más en su familia, una familia compuesta por una madre en recuperación, un padre ausente, y un hermano mayor que es el primero en notar que lo que le está pasando a Tracy no está bien. A esto se le suma la pareja de su madre, un drogadicto recuperado que intenta formar parte de su familia, pero que Tracy se niega, haciéndole pasar malos momentos.

Evie al final parece que nos damos cuenta que lo que buscaba era eso, una familia. Pero lo hacía de una manera tan tóxica, que nunca termina de ser aceptada.


La película está llena de escenas increíbles. De hecho, me costaría elegir una preferida. Probablemente sean aquellas en las que Tracy está a punto de estallar entre tanta rabia hacia su madre, hacia su padre, su hermano, o quizás hacia su propia vida.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Acabo de descubrir tu blog y es muy bueno man! Lo seguiré de cerca.