07 enero 2012

El arresto de la condesa

Inspirada en colores y sensaciones llegué a esto. A veces pienso mucho en ella. Tengan en cuenta lo escribí hace un tiempo. Bueno, año y medio, dos, no me acuerdo.


Las paredes del castillo Bathory son de piedra de color gris oscuro. Escasas ventanas y torres cuadradas. El pasto del jardín del castillo se encuentra totalmente seco, casi como quemado, de un color marrón, medio amarillento. El cielo está nublado, parece que va a llover. Las nubes, en gran cantidad, parecen una sola gigantesca de varios tonos de grises. A lo lejos se divisa el bosque, árboles delgados pero muy altos. Su verde es un verde amarronado, oscuro, apagado. La puerta trasera del castillo se abre y aparece la condesa. Su rostro de tez pálida contrastando con el negro de su cabello largo y ondulado luce preocupado, desesperado, nervioso. El vestido, rojo pasión, largo hasta el piso, encorsetado y con las mangas largas presenta algunas extrañas manchas. Se empiezan a escuchar murmuros que cada vez se tornan más y más fuertes hasta llegar a ser gritos. Erzebet se agarra la cabeza con las manos cubriéndose más que nada los oídos pero sin poder impedir oír el grito del pueblo. Su respiración comienza a acelerarse más y más.

Mira desesperadamente a su alrededor. Aún no han entrado. Pero ahí en frente suyo están sólo algunas de las evidencias que la condenan. Corre alejándose del castillo, hacia el bosque hasta que escucha un fuerte golpe. Se detiene sobresaltada, mira a sus espaldas y de la puerta sale toda la gente furiosa. Junto a ellos, aparece el juez que ordena arrestarla. La condesa, hermosa y de rostro jovial, deja caer una lágrima sin resistirse al arrestro. Mientras es llevada hacia el calabozo de su propio castillo, mira atrás y dibuja una pequeña, casi invisible sonrisa en su bello rostro. Las nubes comienzan de a poco a separarse entre sí y dejar pasar el sol lentamente por un pequeño hueco entre ellas, iluminando el vestido de la condesa produciendo un brillo que se apaga cuando entra al castillo y la puerta se cierra.

1 comentarios:

Gabrielitazzz dijo...

Nunca termine de leer el libro de La Condesa. Si, soy una horrible (diría la cosa) ahora que estoy libre juro, juro juro que lo voy a terminar de leer...y ver todas las pelis que te dije que iba a ver y nunca vi. jajajajajaja