29 diciembre 2010

Lo mejor del 2010: Buried



Buried (Enterrado) se merece una mención especial. No ha sido la película más entretenida del mundo, ni la más atrapante, ni la mejor realizada. Pero Rodrigo Cortés logró hacer de todos modos una gran película con poquísimos elementos. Entre esos poquísimos elementos se encuentra por encima de todo el guión. Bien elaborado, con suficientes momentos de tensión y un final a su altura. Un solo protagonista, un solo actor: Ryan Reynolds, un actor al cual nunca le presté la atención merecida, no hasta el momento. El escenario es uno solo y simple. Pero acorde a las sensaciones del protagonista, éste se puede achicar o agrandar, hasta volverse casi infinito mientras la cámara sube y sigue subiendo. Vale mencionar además la partitura original, cortesía también de Cortés.


Como si fuera poco, la película se centra en un contexto político muy importante en nuestros días. Y, quizás porque toda la producción es española, lo hace de una manera diferente a la que suele hacerlo el cine americano. Bien por Cortés.

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