17 abril 2011

Mi último día del Bafici


Para el último día, sólo una película y de las que más esperaba: Norberto Apenas Tarde, el debut como director del gran Daniel Hendler.

Tenía muchas expectativas porque Hendler me parece una persona interesantísima pero conocía más su faceta que de actor que cualquier otra, por lo que me generaba mucha curiosidad saber cómo se manejaría desde el detrás de cámara.

Y me sorprendió. Para bien. Muy bien.

Hendler escribe y dirige una película que bien podría haber sido hasta protagonizada por él (el personaje de Norberto, salvo por ser 'ese gordito', se parece a muchos que el actor ahora director ha interpretado a lo largo de su carrera).

¿Y por qué me gustó mucho? Acá viene toda mi subjetividad (que en realidad en el blog creo está siempre muy presente). Norberto Apenas Tarde es de esas historias que a mí me gustan, pequeñas, sobre personajes 'medio losers' pero que se parecen demasiado a la gente normal, a nosotros, cómo se relacionan con el mundo, un mundo que a veces no lo entienden tanto. Con un humor ligero pero efectivo, gran composición de personajes más allá del protagónico, planos algunos muy atractivos, y con mucha naturalidad, Hendler nos cuenta un momento de la vida de Norberto en el que se encuentra perdido, perdido a nivel relaciones (está casado pero no está bien con su mujer que poco después se va de la casa), a nivel económico (acaba de renunciar, entra a una inmobiliaria sin un sueldo asegurado y encima debe dinero a varias personas) pero sobretodo a nivel personal. Hasta que va al teatro. De casualidad, ve una obra que al resto aburre. Y él se encuentra consigo mismo, descubre que es su pasión. Entonces, además como sugerencia de su jefe que en realidad le recomienda un curso de reafirmación personal para vencer su timidez, se anota en una escuela de teatro, donde conoce a gente con la cual se divierte y se siente cómodo, más allá de ser todos (salvo el profesor) más jóvenes que él. No es grave, Norberto no llegó del todo tarde, sólo un poco.

Divertida, conmovedora, necesaria, probablemente sea mis preferidas de las 18 películas que vi en el Bafici. Quizás no la mejor pero, insisto, la que más me gustó. Porque es el tipo de cine que más disfruto. Realmente deseo que Hendler siga explorando en el mundo del cine, que podamos ver más de él; pero mientras tanto tenemos su ópera prima que es, a mi parecer, una pequeña gran película.



Dato aparte: Mañana voy a ver la película de su mujer (quien en la película aparece en un pequeñísimo personaje), Los Marziano por culpa de dos críticas diferentes que leí y ambas decían que se alejaba del costumbrismo local para parecerse más al cine de Wes Anderson. Juro que los dos, Lerer y Battle, mencionaron a mi director preferido. Un poco de miedo me da. El resultado puede ser bueno o no. Veremos...

1 comentarios:

Mario Salazar dijo...

Me ha gustado la película que has mencionado primero, la trama se ve muy amigable y común como dices a las personas cotidianas lo cual a mí me encanta, eso de descubrir un pasatiempo que te alegra como el teatro en medio del caos suena magnífico, así le pasa a todos, la felicidad yace en las cosas pequeñas y se encuentran en donde menos creemos. Que buen resultado de tus visitas al Bafici, 18 películas es un número grande. Te felicito y seguro te llevas un buen recuerdo. Un abrazo.

Mario.