24 marzo 2013

Jugar con fuego

Uno de los platos fuertes de esta edición de Les Avant Premieres es sin duda la película de Laurent Cantet, con su visita al país. "Foxfire: Confessions of a Girl Gang".


El film está situado en Estados Unidos en la década del 50. Una sociedad machista permite que la mujer sea constantemente burlada, humillada y maltratada. Es aquí cuando un grupo de chicas, comandado por Legs (fanáticos de Angelina Jolie, ¿les suena? Sí, es basado en el mismo libro que la película con ella) van a formar Foxfire, un grupo secreto en el que para introducirse juran, además de mantener esto entre ellas, sacrificarse por la otra, y se marcan con un tatuaje. Lo que parece aquello con lo que toda adolescente sueña con hacer, tener un grupo y un lugar al que acudir todo el tiempo y poder formar entre ellas casi un mundo aparte, se transforma en cada vez algo más y más cerrado. Y como advierte Maddy (quien relata en una máquina de escribir todo esto que va sucediendo con Foxfire), que han cometido delitos.

"El sueño americano" no es más que eso, un sueño. En la realidad, ellas intentan sobrevivir a la sociedad que las violenta, porque si ellas actúan con violencia, es como modo de respuesta. Compañeros de escuelas, profesores, tíos, padres. Por eso ellas se encargan de castigar a los hombres, porque al fin y al cabo ante sus ojos, todos son culpables.

"Si jugás con fuego, te vas a quemar". Y es que ellas van llegando cada vez más lejos. Su paso por la Corrección, no las corrije, sólo incrementa su sed de venganza. ¿Dónde está el dinero? En el bolsillo de los hombres.

Es cierto que la película es larga, dura más de dos horas, y quizás es porque, más allá de que Maddy dice "es difícil saber cuándo comienza la historia" después de conseguir su lugar físico, una casa donde se van a vivir juntas, a vivir o a sobrevivir, es justamente ahí cuando comienza la película de verdad, pero antes tuvimos una suerte de prólogo muy largo que de todos modos no es nada prescindible. Todo lo contrario, está tan bien retratado, que es a lo último cuando percibimos lo larga que se va sintiendo la película. Finalmente, el film termina de manera menos provocadora que con la que empieza. Cantet dijo que intentó encajar esta historia en Francia pero no pudo, y que, más allá de ser hablada en inglés, no deja de ser una película francesa.


Antes, vi "Augustine". Drama de época sobre la relación entre un médico y una joven ayudante de cocina que es diagnosticada de "histeria". Augustine tiene 19 años, todavía no ha tenido su primera menstruación, ni sabe qué es, pero está plenamente desarrollada

Alice Winocour dirige su ópera prima dotando su film de sensualidad y misterio. Nada está servido en bandeja, nada se explica, pero es imposible no percibir lo que va sucediendo, de a poco, así como de a poco vamos descubriendo qué sucede con Augustine (al principio parece un ataque de epilepsia, al principio el hospital parece un manicomio). Soko y Vincent Lindon (Augustine y el médico) interpretan de manera sublime sus personajes, se conectan, se miran, se relacionan. También se le suman testimonios de mujeres, a lo documental, que frente a la cámara describen lo que les sucede, cada una de la manera en que lo siente. El resultado es un film elegante y muy atractivo, que no deja nada librado al azar. SPOILER: A Augustine se la compara un par de veces con actrices (con Sarah Bernardh, por ejemplo), por el modo de expresarse con su cuerpo... y al final, ¿estuvo siempre actuando?

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