La primera vez que supe de Abraham Lincoln: Vampire Hunter, me causó gracia que alguien hiciera semejante bizarreada. Pero vi el trailer en el cine una, dos, tres, no sé cuántas veces, y prometía ser interesante, entretenida. Me gusta el cine 'poco serio', que simplemente me hagan reír con sus delirios.
Así que fui a ver Abraham Lincoln: Vampire Hunter, que cuenta encima con la dirección de Timur Bekmambetov, de quien he visto dos películas (Guardianes de la Noche -bastante buena, debo decir- y obviamente Wanted, porque estaba Angelina en ésta) y es interesante su estética, sus efectos de ralentización en las escenas de acción, pero sus guiones suelen ser medio pobres. Como si fuera poco, la película está producida por un nombre al que sigo bancando, y es el de Tim Burton, aunque mucho más que su nombre, no parece haber mucho de él en ella.
La película es entretenida, yo me reí mucho viéndola (hay una riña entre un vampiro y Abraham en medio de los caballos que es descabellante por ejemplo) y las escenas de acción son las más atractivas sobretodo en 3D, con esos efectos del director que ya le conocemos. El problema es cuando la película quiere parecerse más a una biografía del presidente, que a una simple película de vampiros. Es poco serio ver una guerra de vampiros que con un poco de protector solar y unos anteojos de sol pueden pasear de día, y a la vez una guerra a favor de la libertad, no de esclavos simplemente negros, sino del alimento de estos vampiros. También hay vueltitas de tuerca que lucen muy forzadas. Y detalles realmente tontos (que no te des cuenta que tal es un vampiro).
La gran sorpresa de la película me la llevé cuando vi a Erin Wasson (una modelo que me encanta, pero que ni sabía que actuaba, aunque recuerdo su cameo en Somewhere -es quien aparece del brazo de Stephen Dorff justo antes que él se caiga y se rompa el brazo en una fiesta, como dato curioso-) como una sexy y villana vampiresa. Imposible despegar los ojos de su mirada cautivante y feroz cada vez que ella aparece en la pantalla. La acompaña un Rufus Sewell que vimos miles de veces (parece estar destinado a ser el villano de estas películas 'de época') y que cumple, como de costumbra.
La mejor forma de disfrutar de la película, es de verla como lo que es: una película, un entretenimiento. Liso y llano. Creo que a veces está bueno simplemente ir al cine a distenderse.
1 comentarios:
Son hiteros ahora, los locos
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