Al llegar a este lugar, él aparece en un video proponiéndoles volver a llevar al escenario "Eurídice" y antes les muestra una nueva propuesta que había recibido. Hasta pocos minutos antes del final, la película es esta obra siendo representada por la gente en la pantalla, oralmente por los presentes que alguna vez supieron interpretar sus personajes, y ellos mismos (doblemente, porque los personajes principales tienen dos actores distintos) también pero en los escenarios correspondientes a cada escena.
Claro, hay cierto público que no logró engancharse con esta propuesta, que probablemente no se permitió emocionarse con ninguna de estas Eurídices, pues fui testigo de cómo la gente iba abandonando la sala, no toda, pero un número importante.
Pero Alain Resnais no es clásico y no va a hacer lo que todos esperan sino que sigue experimentando, antes de mostrarnos qué va a pasar finalmente en esa casa, se ocupa de llevarnos durante poco más de una hora a través de diferentes estadíos emocionales, los que pasan los personajes de la obra y los propios actores al interpretarla.
A mí me pareció un film interesante y hermoso, que probablemente algunos tilden de pretensioso y/o aburrido. Aún así, hay algo en el final que no me termina de convencer, el modo de cerrar la historia.
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