La música es un misterio. Es capaz de provocarnos sensaciones indescriptibles, de rememorar personas y situaciones, de conectarnos. La música nos une.
De eso nos habla August Rush, película que llegó a mí de casualidad. Tres personas que alguna vez supieron ser una sola y hoy están dispersas en ciudades llenas de gente y sonidos. Tres pares de ojos azules que se encuentran perdidos y esperan. "Si pudieras ser cualquier cosa en el mundo, ¿qué te gustaría?" le preguntan y el niño, todavía no August Rush, le contesta "Encontrado".
Podrá pecar de sensiblera, pero es que el propósito principal de la película parece de hecho ser el de emocionarnos, conmovernos. Como una canción. Como la música. Que puede provenir de un instrumento, o de algo más cotidiano como el viento, el paso de un autómovil, una bolsa que baila en el aire al mejor estilo American Beauty. "En el viento, en el aire, en la luz".
Freddie Highmore y su mirada triste y brillosa como un niño desamparado que encuentra en la música una forma de vivir. Jonathan Rhys Meyers alejado del chico malo o rebelde que suele interpretar para ser un músico que ya no es músico. Keri Russell como una profesora de música que ya no toca. Y Robin Williams como el villano de turno, un hombre que sólo ve en la música un negocio.
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2 comentarios:
La vi y me encantó!
Me encantó esa peli!!! y el actor! me enamoré! ja.
linda crítica ;)
besoss
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