29 junio 2012

Soy adicta a ti, ¿no te das cuenta que sos tóxico?

Algo así cantaba Britney Spears en una de las pocas canciones que me sé de aquella promesa de princesa de pop que se esfumó rápidamente.

Y la utilizo para titular aquello que tanto me gusta en el cine, que son esas relaciones, esos amores, atracciones, obsesiones, tan fuertes, que pueden llegar a ser tóxicos.


Recientemente vi Wild At Heart, de David Lynch. A veces no sé por qué tardo tanto en ver ciertas películas o en descubrir ciertos directores. En realidad ya conocía a David Lynch, pero no lo suficiente. Me ando poniendo al día esta semana. Lo que más me gustó de Wild At Heart es esa relación entre los personajes interpretados por Laura Dern y Nicolas Cage. Ese amor, esa pasión irrefrenable, que hace que todo lo que pase alrededor no sea más que secundario. Al fin y al cabo, ella sólo quería que él le cantara Love Me Tender.

Sid & Nancy es una película que retrata también esa relación caótica de Sid Vicious con su mujer, que terminó ni más ni menos que con la muerte.


En Match Point, de Woody Allen, los protagonistas (los hermosos y sexy Jonathan Rhys Meyers y Scarlett Johansson) le dan rienda suelta a su pasión hasta que llega la hora de tomar responsabilidades que pueden hacerte perder todo aquello que tanto habías deseado. Y él se sale con la suya.

A veces es amor, un amor puro e inocente, más allá de que lo que lo rodee parezca perverso. Secretary retrata con cierta ternura la relación de amo/esclava de James Spader y Maggie Gyllenhaal. Una relación que termina siendo puro amor. Ella ya no puede vivir sin él. Es quien la salva del tormento de su vida cotidiana con esa familia tan disfuncional. Y la entiende, y la deja ser ella.

Natalie Press y Emily Blunt dan vida a una relación también tóxica en la pequeña y gran My Summer of Love. Hermosas, sensuales, se divierten jugando con fuego.


En Dirty Dancing, Jennifer Gray y Patrick Swayze desafían mandatos y personas y se aman en la pista de baile.

Kate Winslet y Leonardo Di Caprio estuvieron dispuestos a jugarse por su amor desafiando las clases sociales en Titanic. Pero en Revolutionary Road, no les queda otra que chocarse con la realidad de que el sueño americano no es como lo habían soñado.

Kate Winslet también se enamora de Jim Carrey en Eternal Sunshine of the Spotless Mind. Pero se lo quita de la cabeza. Y vuelve a verlo y vuelve a enamorarse. Su impulsividad e inconstancia se chocan y atraen con la monotonía de la de él.

En fin, podría mencionar más. Pero es que este tipo de relaciones (con su final 'feliz' o no) son las que más me atraen. Porque al fin y al cabo nos mueven. Amar intensamente. Con locura. No hay sensación igual.

2 comentarios:

Ana dijo...

Buenísimo el post! me gustó!
un par de esas pelis no las he visto.
amo eterno resplandor!
besotess

Cele ▲ dijo...

Ehhh voy a caer en la obviedad. Orgullo y Prejuicio y 500 días con Summer puedo verlas una y otra, otra, otra vez ;) Como imán cualquier película donde pueda ver a Robert Downey Junior #LOVE
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